El lanzamiento de Mass Effect Andromeda no ha estado exento de polémica, buena parte de ella centrada en su aspecto gráfico. Sería muy tentador ponerme a hablar de ello, pero el análisis lo podréis leer próximamente y, además, esta cuestión no es la que me impulsa a escribir hoy. No. De lo que quiero hablar es de lo que BioWare ha hecho con los romances, una seña de identidad de sus juegos, lo queramos o no. Aunque no profundizo demasiado en los detalles de los romances, porque no quiero hacer spoilers, sí que menciono algunos elementos.

Cuando Mass Effect Andromeda aún estaba en desarrollo, y yo analizaba e investigaba cada twit, entrevista o vídeo, los romances fueron uno de los temas de los que se hablaba con cierta frecuencia. No podemos olvidar que Aaryn Flynn afirmó que éstos eran «totally softcore space porn» -aunque luego quiso matizar-, pero también que los personajes sin opción a tener una relación romántica serían tan interesantes como los que sí. Y aunque es cierto que Kallo o Lexi tienen su historia -me encanta nuestro piloto salariano, por cierto-, creo que no llegan al nivel de profundidad de, por ejemplo, Drack, que es uno de nuestros compañeros de pelotón sin romance. Pero ese es otro tema.

En mi primera partida, mi Sara Ryder ha tenido un romance con su compañero de la Iniciativa Liam Kosta, pero en próximas partidas me gustaría probar con Jaal y Vetra. En general, la relación que he escogido me ha parecido bonita, aunque de primeras me faltó algo que me diera la sensación de que de verdad se estaban enamorando, cosa que sí recuerdo sentir en la trilogía original con Kaidan o Garrus. Me faltó intimidad. Sí que es cierto que, dado que estoy acostumbrada al esquema que BioWare ha seguido en estos juegos -y un poco en Dragon Age-, estuve esperando todo el juego a que llegara la clásica «escena de sexo» en el camarote de Ryder, y me quedé sorprendida cuando terminé la historia principal y aún no había «estrenado» las habitaciones de mi personaje. «Bueno -pensé-, es cierto que dijeron que los romances iban a ser distintos, y Liam y Sara ya han tenido tema al principio de su relación».

Hay exactamente diez romances en Mass Effect Andromeda, aunque hay unos pocos personajes con los que puedes «tontear», sólo para descubrir cómo te mandan a paseo. Tres de estas relaciones ocurren, como se prometió, fuera de la Tempest, y hay alguno que es más elaborado que otro. Alguno podría pensar «bueno, como no están en tu nave, es normal que sea difícil que haya una escena previa a la misión final», pero como los romances ya no ocurren necesariamente así en este juego, ni es excusa ni sirve de nada, puesto que muchos otros que suceden en la Tempest se desarrollan de manera similar. Sí me podría servir el argumento «no todas las personas quieren el mismo tipo de relación» y, de hecho, me parecería el mejor motivo, el correcto, para que los romances sean tan diferentes unos de otros, pero el único personaje que lo deja claro es Avela. En el resto de casos podemos encontrar algunos besos y, como mucho, un fundido a negro.

Cuando hablo, en el titular, de «desigual tratamiento de los romances», me refiero a que hay una gran diferencia entre el desarrollo, fuerza, acabado gráfico, incluso mimo, de los romances de Jaal, Peebe y Cora, con los demás. Para empezar, estos tres son los únicos que pueden definirse como «totally softcore porn», y aunque personalmente me importa bien poco hasta qué punto son explícitos -de hecho, prefiero el estilo de la trilogía original o de Dragon Age a este-, evidencian una terrible diferencia de atención. Porque no olvidemos que estos tres que menciono son los mismos que se mostraron en los trailers -Peebee y Cora con Scott y Jaal con Sara-. La imagen que pongo al principio del artículo es del momento en que Scott y Cora se besan y es increíble cómo sus labios se encuentran. Cuando muestras algo en un trailer, esperas que sea representativo de la experiencia. (Excepto en los casos que avisan de que los gráficos -y sólo los gráficos- no son ingame).

Sin embargo, a la hora de sumergirte en cualquier otro de los siete romances restantes, el planteamiento y desarrollo es muy diferente. Para mi gusto, casi no hay muestras de intimidad entre los personajes, los besos son ortopédicos y están ligeramente escondidos por la perspectiva de la cámara o la colocación de las manos, y las escenas son limitadas y sencillas. Es bonito ver a Ryder y Reyes bailando juntos como una «cita de verdad», o a Liam saltando con Sara y dejando un corazón en el cielo, o el abrazo entre Vetra y Scott antes de que ésta le lleve a la cama -para después, por supuesto, fundido a negro-. Pero falta algo. Falta atención por parte del estudio. Falta que se sientan completos, que tengan un desarrollo «real». Si en tres de los diez romances se han molestado en animar movimientos, incluir gemidos y crear besos realistas, ¿por qué no puedo encontrar una mínima parte de ello en el resto de los romances? ¿Por qué no puedo ver el desarrollo de la relación? ¿Por qué soy incapaz de creer que BioWare ha prestado la misma atención a todos?

No puedo evitar pensar que la estrategia ha sido la misma que utilizaron en la trilogía original, en el que casi te guiaban a que tuvieras un romance con un personaje determinado -Liara y Miranda, sin ir más lejos-, mediante la predisposición del personaje y/o el planteamiento del marketing relacionado con el juego. Aquí se ha hecho lo mismo: mostrando lo maravillosos y sexys que son los romances en los trailers, te invitan a que quieras descubrir qué más ocurre en ellos y, mientras, se han dejado olvidados los demás, que parecen creados para cumplir un cupo. Porque además, no es absolutamente necesario que un romance incluya una escena de sexo -más o menos explícito- para que cale profundamente en los jugadores. Y si no, que se lo pregunten a los fans de Solavellan.

Ayer, se publicó en el blog de BioWare los planes para los futuros parches que llegarán al juego y, entre ellos, está mejorar las relaciones male x male -algo que realmente necesita- que han decepcionado a buena parte de los jugadores -así como dar mayor profundidad al personaje transgénero, por el que se pasa de manera brusca y superficial-. Pero la cuestión de los romances, en general, es algo que ha decepcionado a la comunidad que no ha elegido los tres destacados. Espero, como jugadora y fan de Mass Effect, que en el estudio tomen nota también de esta cuestión -y si es posible que añadan algo de contenido-, pero sobre todo les sirva para aprender que es mejor dedicar el tiempo necesario a cada relación. Nunca sabes con cuál de ellos se identificará el jugador, y lo único que se puede conseguir con este es hacer que se sienta decepcionado e ignorado por el estudio.