Parece increíble, pero queda solo un mes para el lanzamiento de Dragon Age: The Veilguard. Después de 10 años esperando (9 si contamos desde el DLC Trespasser), por fin vamos a tener en nuestras manos la continuación de la historia. A diferencia de otras veces, he decidido huir activamente de toda información relacionada con el juego para poder reservar el mayor número de sorpresas posibles. Sin embargo, es imposible cerrar completamente el acceso a esa información y a veces termino leyendo ciertas cosas.
Una de ellas, que es lo que me impulsa a escribir este artículo, es la sorprendente revelación de que antes de iniciar nuestra partida tendremos que responder a tres preguntas para definir nuestro Thedas. Solo tres preguntas muy específicas: quién fue nuestro romance, la Inquisición sigue activa o no y si nos comprometimos a hacer cambiar de idea a Solas o a detenerlo a toda costa.

No os lo voy a negar, mi primera reacción al enterarme de esto fue bastante negativa: me sentí decepcionada. El mundo de Dragon Age que yo conozco se ha ido construyendo con todas las decisiones que he tomado desde Dragon Age Origins, desde guiños y cameos nacidos de decisiones poco relevantes a la aparición o no de ciertos personajes, incluso el enriquecimiento del lore. Cuando leí las únicas opciones que íbamos a poder definir, sentí como si me arrebataran ese mundo que yo había creado o que ninguna de las decisiones que había tomado fueran importantes. Ninguna de ellas, excepto tres, existían ya.
Esa fue mi reacción inicial y no os voy a negar que también me he sentido engañada por el equipo de BioWare, ya que en las primeras declaraciones decían que aunque no utilizaríamos Keep para definir nuestro mundo ya que técnicamente era difícil hacerlo, sí lo haríamos en el inicio del juego. No dijeron ninguna mentira, por supuesto, pero creo que en este momento se cuidaron mucho de decir claramente a qué se referían. No obstante. he tenido tiempo de asimilar la información y darle vueltas a lo que realmente suponía para mi historia en Dragon Age.

El espíritu de los juegos de BioWare es que el jugador tenga el poder de definir la historia que quiere a base de tomar decisiones. Algunas son más difíciles, otras más trascendentales y otras no tienen más alcance que la misión que estás llevando a cabo. Esa esencia tan propia del estudio creo que es responsable, en parte, de que los jugadores no sintamos tan unidos a estos mundos. Porque no son simplemente historias que visitamos como pseudoespectadores, sino que participamos activamente en su evolución. Al final, mi historia puede no ser la misma que la de la mayoría de los jugadores, ni siquiera los motivos por los que tomo ciertas decisiones, aunque en cierto punto coincidamos.
Sin embargo, el planteamiento de Dragon Age no es el mismo que el de otros como Mass Effect. La saga de Shepard es una historia contada en tres partes, y tiene sentido (de hecho, es necesario) que las decisiones tomadas vayan construyendo un camino que desemboca en Mass Effect 3. El mundo de Thedas, por su parte, tiene varias historias separadas que suceden en el mismo universo. Sí, las decisiones que tomes implican que ciertos personajes existan o no para el siguiente juego, o se encuentren en un punto u otro (por ejemplo, Alistair puede ser Guarda Gris o rey de Ferelden, puede sacrificarse en Inquisition o estar en su trono junto a Anora o esperando el regreso de su reina), pero no afectan directamente al planteamiento de cada juego.
La Ruina en Dragon Age Origins concluirá al cabo de un año, con el Guarda vivo o muerto y del cual solo se harán algunas referencias. Hawke huirá en cualquier caso de Ferelden y se asentará en Kirkwall donde, por mucho que nos pese, ninguna de las decisiones que el jugador tome tendrá verdadera relevancia, ya que los acontecimientos sucederían incluso aunque el protagonista no estuviera: la expedición al thaig primigenio recuperaría el ídolo de lirio rojo y es Varric, a través de Bianca, el termina filtrando esa información a Corypheus; la guerra entre los magos y los templarios es un conflicto que se estaba gestando entre bambalinas y nosotros nos vemos en mitad de la vorágine obligados a tomar partido por uno u otro bando, pero no podemos impedir el conflicto, ni resolverlo. Es más, Hawke se enfrenta a Corypheus en el DLC Legacy y ni siquiera esto tiene importancia, porque aunque no lo juegues, la historia ocurre igual (a diferencia de Mass Effect 3, donde jugar o no al DLC Arrival sí implicaba cambios, como la práctica extinción de los batarianos). Estos ejemplos definen directamente el inicio de Dragon Age Inquisition y nuestras decisiones no han tenido realmente importancia en este aspecto. Así que, ¿realmente es tan malo que Veilguard simplifique el estado de nuestro Thedas a tres decisiones? Sí. Y no.

Como mencionaba antes, la esencia de los juegos de BioWare es que los jugadores construyan su propia historia. Personalmente, me dolería (o dolerá) en el alma la desaparición de Dragon Age Keep y que mis futuras partidas a Dragon Age Inquisition tengan que ser con el estado del mundo predefinido y no con aquel he construido yo. Al simplificar estas decisiones a tres preguntas, en cierto modo estás arrebatando al jugador la sensación de pertenencia a la historia, dejándole huérfano en un mundo que puede que no sienta suyo. Incluso aunque fuera a través de cameos y no de consecuencias directas de nuestras elecciones, la construcción del mundo que conocíamos se hacía precisamente a través de estos detalles y no solo de las grandes decisiones.
Pero además, sí plantea ciertos interrogantes ante la aparición de personajes de gran relevancia como Morrigan y que, indudablemente, resta importancia a una de las decisiones aparentemente más importantes de Dragon Age Inquisition: el Pozo de las penas. Durante una de las últimas misiones del juego «Lo que ha traído el orgullo», la Inquisición realiza una ofensiva contra las fuerzas del Corypheus en el Templo de Mythal donde, según Morrigan, el Maese podría encontrar un eluvian con el que acceder al «más allá» (the Fade) y convertirse en un dios, con posibles catastróficas consecuencias. Sin embargo, se descubre que su verdadero objetivo es el Pozo de las penas, unas aguas en las que los sirvientes de Mythal han volcado toda la experiencia de su ser durante generaciones. Evitar que Corypheus lo consiga pasa por utilizarlo nosotros, pero en palabras de Abelas «estarás unido a Mythal para siempre».

Es una decisión complicada incluso desde el desconocimiento, porque Morrigan parece demasiado ansiosa por beber ella y tú, como jugador e Inquisidor, realmente no sabes de sus intenciones. Por otro lado, está la opción de que sea el jugador quien tome posesión de los conocimientos del pozo, a pesar de las advertencias de Abelas, Cole, Solas, Sera… Y muy pronto se demuestra el peligro de unirse a las voces del pozo: Solas exclama con gran ira (para ser un personaje que, en general, mantiene bastante la compostura) que te has puesto al servicio de un antiguo dios élfico, «eres una criatura de Mythal, hagas lo que hagas ahora, lo sepas o no, será para ella». Cuando por fin nos encontramos ante Flemeth, poseedora del alma de esta evanuri, es capaz de controlar a aquel que haya bebido del pozo.
Creo que esto es muy importante tenerlo en cuenta porque, aunque Morrigan siempre rechazó la posibilidad de que Flemeth se hiciera con su cuerpo (que, en realidad, iba a ser un traspaso del alma de Mythal), en el trailer de Veilguard la vemos con la misma corona que llevaba ella. Siempre se especuló, en estos años de sequía y salvajes teorías, que Morrigan recuperaría el fragmento de alma de Mythal que había escondido en un eluvian. La duda era, en aquel entonces, si lo haría de forma voluntaria o impulsada por la sumisión del pozo. Independientemente de esto, si Morrigan de verdad ha recuperado un fragmento del alma de Mythal, podría controlar a un Inquisidor que ha bebido del pozo y anular su voluntad, lo que podría plantear un desafío para Rook. Si fue Morrigan la se hizo con el poder y ella tiene a Mythal, se cierra el círculo.
Sin embargo, esto es irrelevante, ya que no tenemos la opción de establecer quién bebió del pozo y, por lo tanto, no hay ningún efecto sobre la historia de Veilguard incluso aunque ambos personajes aparecen en ella. En mi caso, siempre escogí a Morrigan para esto porque prefiero que mi Inquisidora sea libre (y no quiero decepcionar a Solas) a pesar de que pierdes unas cuántas entradas del códice y te ves forzado a combatir en Trespasser contra los guardianes. Pero ya no tiene importancia, así que, ¿qué más da ahora quién beba? Quizá en mi próxima partida sí siga adelante con una Inquisidora que ha bebido del Pozo.
Es en estas cosas donde realmente se puede ver la problemática, más que en el conjunto de decisiones tomadas a lo largo de tres juegos. También en quién haya sido mi romance puede tener importancia: si es Solas, pues veremos cómo se desarrolla, pero si elegí a Iron Bull y este me traiciona en Trespasser, ¿cómo se va a hacer alguna referencia a esta historia sin no me dejas contarte qué pasó? ¿Significa esto que no todos los romances van a tener algún tipo de comentario? ¿O que se va a elegir qué contar independientemente de mi historia? En estos casos, decidir por el jugador me parece realmente arriesgado.

Sin embargo, si dejamos a un lado el par de decisiones, fundamentales desde mi perspectiva, que se han dejado fuera, creo que realmente no es tan dramático que se reduzca a tres preguntas la configuración de Thedas. La historia transcurre en el norte del continente, donde los reinos como Ferelden u Orlais no tienen ninguna relevancia. No importa si Anora gobierna el reino de los mabaris y Briala maneja los hilos del país de los leones, porque su influencia no va a llegar a donde se desarrolla la acción del juego. Es cierto que a todos nos gusta volver a ver a nuestros viejos compañeros, como Varric (sigo teniendo miedo de su destino y no quiero saber si ya lo han revelado, prefiero la impresión completa cuando juegue) o Dorian, pero al igual que ocurrió con Dragon Age 2 e Inquisition, esta es una historia nueva, con personajes nuevos y lugares nuevos. No todo tiene que estar cimentado en la nostalgia, lo importante es que lo que nos cuenten tenga sentido en el universo que han creado, respetando su propio lore y que a nosotros como jugadores nos guste.
No importa, a estas alturas, si Hawke respaldó a los magos o a los templarios o si el Inquisidor convirtió a cualquiera de los dos en sus «súbditos» o los liberó de sus ataduras. No importa si el Héroe de Ferelden sigue su búsqueda de la cura para la llamada (aunque a mí si me duele no saber más) o si se sacrificó para detener al Archidemonio. Aquello ocurrió hasta 20 años antes de esta historia, es incluso posible que nuestro Rook fuera tan joven que ni conoce aquellos acontecimientos, y por supuesto, no es relevante para lo que está sucediendo ahora. Tevinter, Antiva, Nevarra, etc. han tenido sus propios problemas durante estos años, al margen de quién se sienta en el trono radiante, así que, ¿por qué debería afectar a nuestra historia?
El verdadero problema aquí es, simplemente, que nuestro corazón nostálgico y plenamente unido a estos personajes no quiere dejarlos atrás. Quiere saber más, quiere volver a verlos, quiere estar seguro de que lo que vivieron tuvo algún sentido en el mundo de Thedas y por eso nos cuesta aceptar que todo aquello se reduzca a tres preguntas. Y es legítimo sentirse así, porque llevamos desde 2009 construyendo esta historia, pero eso no significa que la decisión de BioWare para Veilguard no tenga también su lógica.

Tenemos que ponernos también en la piel de los desarrolladores, en estos 10 años convulsos que ha estado Dragon Age en producción. Recordemos que durante los dos años siguientes al lanzamiento de Trespasser, el equipo asignado al siguiente Dragon Age estuvo trabajando en lo que se definió como una secuela directa de Inquisition, protagonizado por un grupo de espías de Tevinter. La situación crítica el del estudio en los últimos momentos del desarrollo de Mass Effect Andromeda, llevaron a trasladar a la mayor parte del equipo a este proyecto, cancelando por el camino estos planes para Dragon Age, llamado en clave Joplin. Más adelante se reinició con Morrison, con nuevos planes e ideas, entre ellos un momento de pánico entre los jugadores ante las afirmaciones de que sería un «live service». Por lo menos hasta que el propio Michael Gamble afirmó públicamente que sería un juego íntegramente single player. Y todo ello, aderezado con múltiples salidas y despidos de los desarrolladores, algunos con largas carreras dentro de BioWare.
Viendo todo lo que hemos mencionado antes, el verdadero impacto de nuestras decisiones como jugadores es más pequeño de lo que creemos, así que, ¿por qué complicar aún más el desarrollo de este juego, cuando la situación es difícil de por sí? Deteneos un momento a pensar en las miles de ramificaciones que puede haber, a estas alturas, desde Dragon Age Origins, en función de las decisiones tomadas. Y pensad cuánto de ello podría tener verdadero impacto en el norte de Thedas, A mí, personalmente, me da pena que Kieran ya no vaya a tener ninguna importancia, por poner un ejemplo, pero su papel terminó en el mismo momento en que Mythal extrae el alma del antiguo dios de su ser. Y como esa, muchas ramificaciones que sí, construyen el mundo que nosotros hemos querido, pero que se vuelven difícilmente de rastrear y hacer justicia después de tantas variables.
Entiendo perfectamente, aunque no comparta, la decisión de BioWare de limitar la configuración del mundo a algo que tiene impacto directo en la historia. Puesto que el Inquisidor va a salir en este juego (y esto sí sería raro que no ocurriera) hay que conocer qué clase de personaje es: sigue en activo como fuera pacificadora de la Iglesia Andrastina, con quién intimó románticamente (aunque esto no le veo mucha importancia más que algún cameo mediante carta, salvo que tu romance sea Solas) y qué actitud tiene frente a Fen’Harel. Como no he leído ningún reportaje, no sé si se ha profundizado más en qué papel va a cumplir Inqui cuando aparezca en Veilguard y casi prefiero no saberlo, pero entiendo que estos elementos son una parte muy importante de su caracterización. ¿El resto? Solo añadiría mayor complejidad a un desarrollo que de por sí ha sido muy difícil.
Creo que a estas alturas lo que de verdad debería importarnos es que la historia ate los cabos que estaban sueltos y nos hagan las revelaciones que estamos todos esperando, como los titanes, el origen de la ruina, etc. De Dragon Age: The Veilguard espero profundidad, personajes vivos, enemigos que van más allá del mal encarnado, decisiones difíciles y, por supuesto, revelaciones. Me duela o no que la historia del sur de Thedas no vaya a tener relevancia, estoy deseando que Veilguard me sacuda a todos los niveles. Y quiero creer que en BioWare han tomado las decisiones necesarias para taernos una historia a la altura de lo que esperamos de ello. El tiempo dirá, solo queda un mes.
