Desde el lanzamiento de PS4, su biblioteca de juegos se ha ido completando con muchos títulos de diversa calidad y, entre ellos, una buena cantidad de remasterizaciones o remakes de pasadas generaciones. La Xbox One se ha «librado» de esto gracias a su retrocompatibilidad, pero la consola de Sony ha sido objeto de muchas críticas por esto.

Seamos sinceros, yo misma lo he criticado desde los mismos inicios de esta consola. Uno de los primeros fue la edición remasterizada de The Last of Us, lanzada un año y un mes después de la versión de PS3. Es cierto que se hizo un trabajo para adaptar el juego a las capacidades de PS4, pero el concepto «remasterizado» se me antojaba más una maniobra de marketing que otra cosa porque, ¿realmente era necesario establecer esa diferenciación en un juego reciente? Son muchos los juegos de PS3 que han llegado a su sucesora, ampliando un catálogo ya de por sí bastante completo. Porque una vez te paras a pensar, te das cuenta de que el lanzamiento de estas ediciones no va en detrimento de la llegada de nuevas IP o secuelas de otros títulos. Y es más, terminas viéndolo como una ventaja para muchos jugadores.

 

 

A veces nos olvidamos de que no todo el mundo puede tener cada consola que sale, de hecho, saltarse una generación es algo bastante común (al menos, en el círculo de gente que conozco que disfruta de los videojuegos sin dedicarse a ellos). Las ediciones remasterizadas y los remakes son una oportunidad para estos jugadores de tener acceso a títulos de gran calidad que de otra manera no podrían jugar. Ya hablé hace un tiempo de ese tufillo elitista que desprende la comunidad de videojuegos. Parece que si no has jugado a cada título lanzado en el primer mes no eres un «true gamer» pero no todo el mundo tiene la capacidad económica, el tiempo o el deseo para jugarse a todo lo que sale cada mes en cada plataforma disponible. Y no sólo existe esta situación, yo voy camino de los 30 años y en este tiempo he vivido el lanzamiento de muchas consolas, pero cada año que pasa se unen nuevos jugadores que por su juventud no han tenido la oportunidad de disfrutar de grandes juegos que han pasado a la historia del sector. ¿Por qué no darles la posibilidad de conocerlos? Incluso si nos ponemos, no tienen por qué ser niños o adolescentes, también ha muchos adultos que se incorporan ahora al sector, ya sea porque antes tenían prejuicios o porque no les había llamado la atención.

Es cierto que a veces las reediciones se nos van de las manos. Skyrim se ha convertido en una broma recurrente por la cantidad de ediciones que han salido al mercado, para todas las plataformas disponibles. Pero es algo que funciona y, desde luego, Skyrim ha conseguido una legión de seguidores que mientras consiguen su nueva dosis de The Elder Scrolls, se conforman con seguir chutándose el anterior de cualquier manera posible (y esto lo digo sin acritud, yo haría lo mismo si sacaran un remaster de Mass Effect en Switch, por ejemplo). El concepto «sacacuartos» puede parecerlo en estas situaciones, pero no debemos olvidar que nadie nos obliga a comprar estas ediciones y que, a fin de cuentas, la industria sigue lanzando juegos nuevos mes tras mes.

Por supuesto, creo los jugadores siempre deben expresar su descontento ante situaciones negativas del sector, desde el machismo hasta la proliferación de las loot boxes o micropagos que tanto daño hacen a la industria. Y esto también puede incluir la saturación de las listas de lanzamiento con ediciones en HD, pero siempre siendo conscientes de que cada jugador tiene una situación particular y que dar la oportunidad a otros de disfrutar de juegos que marcaron a tantas personas siempre es algo bueno.