Loom: el tejido de la magia musical

Los 80-90 fueron años de crecimiento en la industria de los videojuegos y, en muchos aspectos, una etapa de apogeo de las aventuras gráficas. LucasFilm, más adelante LucasArts, fue uno de los principales estudios de desarrollo centrados en juegos pertenecientes a este género, muchos de los cuales tenían presentaban un tono cómico y un diseño caricaturesco. Pero había excepciones a esta regla no escrita, que a lo largo de los años han quedado ocultos bajo la sombra de otros éxitos innegables. Loom fue uno de ellos.

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El autor de esta obra fue Brian Moriarty, que ya había trabajado en otros proyectos como Wishbringer o Beyond Zork, aunque en este caso eran aventuras conversacionales. Sobre el desarrollo del proyecto y su futuro, hay cierta confusión. Por un lado, se decir que Loom no pertenecía a la llamada «Trilogía de los Grandes Gremios», que estaría formada también por Forge y The Fold, sino que al ser preguntado por una continuación, Moriarty expresó que sería interesante. Sin embargo, otras fuentes afirman que Forge empezó su desarrollo en 1991 a cargo de Mike Stemmle y Sean Clark, pero que al ver las bajas ventas de Loom, la ya conocida como LucasArts decidió cancelar su desarrollo.

Pero nos estamos desviando del tema. Loom nos presenta un peligroso mundo al borde del caos, pero que a simple vista parece tranquilo y silencioso gracias a una larga era de paz. Bobbin Threadbare es su protagonista, un joven de 17 años cuya vida, sin saber muy bien por qué, estaba destinada a ser distinta. Huérfano casi desde que nació, fue criado por Hetchel, una hechicera que le enseñó los secretos de la magia de los Tejedores, en contra de los deseos de los Ancianos que gobiernan la isla. Su madre, llamada Lady Cygna Threadbare fue transformada en cisne y desterrada, un acontecimiento que nos prepara para el futuro y cuya tumba desencadena el viaje de Bobbin por los Gremios.

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Pensar en Loom es sentir nostalgia, tristeza ante un tiempo que no frena su ritmo, ante las pérdidas de amigos, familiares, de todo lo que un día conocimos y nos dio seguridad. A nuestro paso, un mundo de brillantes colores se va volviendo un poco más oscuro, un poco más acosado por el mal. Nuestras intenciones son buenas, pero cada acción que realizamos deja un reguero de cadáveres, alimenta el Caos que está cada vez más cerca de invadirnos. Nuestro destino es descubrir que el mal no siempre puede ser derrotado, no por un joven de 17 años que está solo en el mundo.

El tono serio de Loom no es el único contraste de este juego con otras obras de LucasArts. Aunque también utiliza el sistema Point & Click, pierde las clásicas acciones (Hablar, Coger, Usar…) y las sustituye por un báculo y unas notas musicales. Tejer magia con música es la base del poder del Gremio de los Tejedores, y es la manera de interactuar con el mundo que Bobbin ha aprendido desde niño. Para el jugador, el nivel de dificultad escogido afectará a la forma en que aprendemos nuevos hechizos: escuchando las notas musicales a la vez que vemos resaltado su color y nota correspondiente en el pentagrama (fácil), viendo sólo el color (normal) o teniendo que aguzar el oído para captar las diferentes variantes, sin tener ningún otro tipo de guía. Con el paso de los años, algunas de estas melodías se han quedado grabadas en mi mente, y podría reproducir (aunque no decir las notas exactas) los sonidos que me permitirían abrir o cerrar objetos del escenario.

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Porque, por supuesto, la música es un elemento fundamental de Loom. Moriarty utilizó El Lago de los Cisnes de Chaikovsky, adaptado al juego por George Alistair Sanger y Gary Hammond. Una melodía que encaja en ese tono nostálgico que tiene el título y que se escucha desde los primeros compases de la aventura hasta su inesperado desenlace.

Con toda su calidad narrativa, su magnífico diseño y su cuidada banda sonora, Loom pasó desapercibido ante los ojos de los jugadores, al distar tanto del estilo más característico de las aventuras gráficas de LucasArts. Y aun así, tuvo su dosis de influencia en los títulos posteriores, al adoptar para ellos la ausencia de la muerte del protagonista. Une elemento que, por cierto, Sierra de tomó a broma y aprovechó para reirse de ello en sus juegos.

3 comentarios en “Loom: el tejido de la magia musical

  1. ¡Que magico fue aquel momento en el que cargue por primera vez este juego!
    Desaparecibido es, efectivamente, la palabra que lo define, porque hasta incluso yo, que lo disfrute en su dia, lo obvio en muchos de mis recuerdos como jugador de aventuras de Lucasarts, desconozco el porque. Como si de un sueño que olvidas al despertar se tratase…
    En fin, un genial articulo.

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  2. Es uno de esos juegos inolvidables, que vale la pena volver a jugar cuando pasa el tiempo. Una pena que nunca se completara la trilogía planificada debido a las bajas ventas que tuvo. Leí que Forge fue hecho por fans (con la «bendición» de Brian Moriarty), pero nunca supe si lo terminaron o se quedó en proyecto.
    El modo difícil era realmente retador y tenía una escena más que no tenían los otros modos: La muerte del clérigo ayudante de Mandible, cuando quiso mirar debajo de la capucha de Bobbin. Era una época donde yo jugaba los juegos sólo en su máxima dificultad.
    La música era otro galardón. Creo que más de una vez te he comentado que la tengo descargada en mi PC y en la oficina y ocasionalmente la coloco completa de principio a fin.

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  3. ¡Qué recuerdos! Aún conservo la caja original en casa… ;) El juego era bastante sencillo pero el sistema de notas musicales era muy original. Si lo ponías en modo difícil (no te chivaba las notas era todo de oído) era un ejercicio de memoria considerable :)

    Y sí, era muy triste toda la historia.

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