La prensa de videojuegos y la parcialidad
A raíz de mi artículo sobre la objetividad en los análisis de videojuegos, surgió el debate sobre los propios medios. ¿Son imparciales? ¿Están comprados? En los comentarios de los foros […]
Una perspectiva personal sobre los videojuegos
A raíz de mi artículo sobre la objetividad en los análisis de videojuegos, surgió el debate sobre los propios medios. ¿Son imparciales? ¿Están comprados? En los comentarios de los foros […]
A raíz de mi artículo sobre la objetividad en los análisis de videojuegos, surgió el debate sobre los propios medios. ¿Son imparciales? ¿Están comprados? En los comentarios de los foros es fácil ver a algún usuario acusar al medio de tomar partido por una compañía concreta. En esta generación, el apodo más repetido es «sonyer» y se insiste en que la prensa de videojuegos apoya a Sony mientras ignora a Microsoft. Lo diré desde el primer momento, antes de entrar en materia: los medios no son partidistas. No somos la prensa deportiva, de la cual todos podemos nombrar algún diario con trato de favor hacia un equipo. Hablamos de videojuegos, de todos.
Es cierto que pensar que los profesionales de cada medio no tienen inclinaciones personales no sólo sería ingenuo sino también bastante hipócrita por mi parte, dado lo que comenté en el ya mencionado artículo sobre la objetividad. Pero como profesional de este sector y habiendo trabado en distintos sitios, os puedo decir que en ningún momento he visto que se priorizase un contenido por encima de otro sólo por pertenecer a una determinada compañía -sólo en la prensa en papel, la relevancia del juego ha podido afectar a la situación de su artículo en las páginas-.
Sin embargo, sí es posible ver en los medios más cantidad de información, o de análisis de juegos de una compañía que de otra, por un motivo muy simple: la propia compañía. Los que trabajamos en este sector dependemos de los materiales que proporcionan las distribuidoras, que son unas cuantas. Una estrecha relación que podría llegar a causar problemas, si se quisiera -no os perdáis este artículo publicado en Presura-, pero que es fundamental para que podamos hacer nuestro trabajo.
Si los análisis, avances, entrevistas y noticias dependen, en la gran mayoría de las veces, de que las distribuidoras nos proporcionen las herramientas, nuestra cantidad de trabajo se va a ver afectada por ello. Y ellas, por su parte, dependen de su capacidad económica para organizar presentaciones, poder enviar más o menos de copias de prensa o incluso de consolas, en el caso de Sony, Microsoft y Nintendo. Si los fondos han sido recortados o, en general, sus beneficios son escasos, tendrán que limitar su interacción con los medios para centrarse, si pueden, en campañas publicitarias y, en el caso de que sea posible, dar prioridad a los medios en los que consideren que se va a dar mayor difusión a su contenido. Y las más de las veces esto es una pescadilla que se muerde la cola: no tienes dinero para enviar materiales a los medios, éstos no pueden cubrirlo más allá de las notas de prensa y entonces el público no recibe suficiente información como para que se interese… lo que termina influyendo en las ventas.
En mi experiencia, me ha ocurrido estar persiguiendo a una compañía durante varios meses para intentar conseguir información y materiales para poder hacer mi trabajo y haber recibido en respuesta… Largas y silencios. Un tema de interés para los jugadores que al final no se pudo cubrir y mi medio y yo misma fuimos acusados de no haber querido hacerlo. Esto le pasa a muchos compañeros de la prensa de videojuegos, con determinadas compañías. No es que no queramos, es que no podemos.
En algunas ocasiones se puede salvar la situación, tirando de información publicada en medios extranjeros o adquiriendo el juego en su lanzamiento, aunque este último caso es excepcional. Porque también, hay que pensar una cosa: el público quiere los análisis antes de la llegada del juego a las tiendas, no después. Pasada esa fecha, su publicación empieza a perder el sentido dentro de un medio en el que dar salida a los contenidos en cuanto vence el embargo es primordial. Y aunque muchos lectores estén dispuestos a leer ese análisis ‘tardío’, su publicación pasada esas fechas puede afectar a otros contenidos preparados con antelación y con información de primera mano. Por supuesto, siempre es mejor publicarlo que no hacerlo pero, ¿merece la pena relegar esos artículos por uno «desfasado»? En ocasiones, sí, sin duda. En otras, es más difícil de decidir.
Escribo esto porque es muy común leer a jugadores indignados por la falta de algún análisis, reportaje o algo de un videojuego que esperan con ganas. Muchas veces su primer argumento es, como he dicho antes, acusar a los medios de tomar partido por alguna compañía determinada. Y no siempre es así. A no ser que estemos hablando de páginas/revistas creadas específicamente para ello -como Somos Xbox o la Revista Nintendo Acción-, el tratamiento de la información va a ser lo más riguroso posible -o eso se espera-, sin menospreciar a determinadas compañías. Antes de lanzarnos al cuello de los profesionales del sector, no está demás pensar si de verdad es algo que han querido, o es que no les ha quedado más remedio.
La prensa de videojuegos tiene muchos puntos y temas donde hacer crítica y reflexión, pero precisamente el fanatismo es absurdo achacarlo. A poco que uno se haga mayor seguir participando en esa guerra de consolas como si fuesen representantes de partidos políticos no tiene sentido alguno. Que una cosa es que tu consola venda bien para que tenga una buena esperanza de vida y un gran catálogo y otra desear que los juegos de la competencia salgan malos, insultar a los poseedores de otras plataformas, quejarse del «sonyerismo» de los medios, etc.
Jorge Cano (Vandal) dijo que cuando le puso un 8.2 a Ratchet&Clank de PS4 lo llamaron sonyer porque según los xboxers era demasiada nota y por otro lado xboxer porque según los sonyers era una nota insuficiente..
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