Ha terminado hace un rato la presentación de la nueva PlayStation 5 PRO, algo que muchos estábamos esperando por la curiosidad de ver el siguiente paso de la compañía y por la incógnita si nos merecerá la pena adquirirla. En su momento, yo fui poseedora tanto de PS4 como de PS4 Pro y creo que dar el salto en algún momento del uso merecía la pena por la mejora de las prestaciones (capacidad, potencia, etc.), por lo que esperaba que, si bien no la compraría de lanzamiento, PlayStation 5 Pro me tentaría lo suficiente como para adquirirla más adelante. Bueno, mi cartera puede quedarse tranquila porque no pienso caer en esta trampa.

Durante 10 minutos, Mark Cerny nos ha estado hablando de las bondades de PlayStation 5 y del objetivo que perseguían con esta nueva versión. Básicamente, unificar el modo rendimiento y modo fidelidad para veas tus juegos bonitos y con unos FPS fluidos gracias a un hardware mejorado. Para lo que ha utilizado de ejemplo una gran cantidad de juegos que ya están en el mercado y hemos podido jugar perfectamente en la versión original de PS5. Para gente como yo, que la diferencia en los FPS es casi imperceptible salvo que las caídas sean brutales, no es el aliciente que esperaba, pero creo, sinceramente, que ni siquiera se han esforzado en encontrar ejemplos que tengan un gran impacto en los potenciales compradores. Decirme que, gracias a la potencia de la nueva PS5 Pro, en Ratchet & Clank: Rift apart puedes ver los detalles del fondo más definidos (aunque parece más que le han añadido contraste) no es el argumento ganador que parece que creen que es. Y lo mismo con el resto de juegos que ya han mostrado, como God of War, Ghost of Tsushima, Jedi Survivor, Horizon: Forbidden West… Creo que podrían haber aprovechado lanzamientos próximos, como el de Dragon Age: The Veilguard, para mostrar la fortaleza de esta versión en lugar de tentarnos con… ¿rejugar juegos pasados?

Esto desde la perspectiva de una persona que tiene PlayStation 5 desde su lanzamiento y podría o no interesarle «mejorar» (en teoría) su experiencia de juego adquiriendo una versión más potente. Desde el punto de vista de jugadores que aún no han dado el salto a esta generación, o que optaron en su momento por Xbox y estaban planteándose entrar en el ecosistema de Sony, PS5 Pro podría haber sido una buena opción para empezar. Tienes iconos de la consola que vas a experimentar por primera vez de manera «más completa» (por decirlo de alguna forma) gracias al nuevo hardware y solo haces el desembolso una vez. ¿O no?
Pues claramente no, porque a Sony parece que le gusta el modelo de negocio de EA de vender las cosas por partes y ha despiezado la PS5 Pro. Además de costar nada menos que 800€, estamos hablando de la versión only digital que solo puedes poner en horizontal, porque la peana también la tienes que pagar por separado (por 30€, algo que ya hicieron con la Slim). A diferencia de la PlayStation 5 original, (noviembre de 2020) que salió con la versión de disco por 500€ y la only digital por 400€, PS5 pro convierte en su modelo principal la versión sin disco y, si quieres poder utilizar discos físicos, tienes que adquirir el lecto por 120€ más. Es decir, la versión completa de la consola se planta en 950€. En esos precios, casi te están arrojando a los brazos del mercado de PC, donde de por sí tienes que jugar con juegos digitales, pero por un precio bastante más asequible, muchas más ofertas e incluso tiendas que regalan con bastante frecuencia los juegos. Sí, soy consciente de que construir un ordenador de cero requiere un desembolso inicial superior al de una consola (incluso la Pro), pero creo que luego tiene otras compensaciones que puede hacer que merezca la pena. Pero ese es otro jardín en el que no me quiero meter.
Viendo la reacción en internet, no solo la mía al ver el precio, creo que Sony se ha equivocado por completo con el objetivo de la consola. O no nos están diciendo realmente qué es lo que quieren al producirla. Por supuesto, producir un solo modelo con la opción de añadir el lector seguramente reduce bastante los costes que producir dos modelos diferentes, con sus propias tiradas y su demanda. Pero quitando ese detalle, con la PS5 Slim con menos de un año y con una generación que lleva solo cuatro en activo y con un rendimiento aceptable, este salto parece completa y absolutamente innecesario desde el punto de vista de los jugadores. Creo que no hace otra cosa que añadir un nuevo modelo al mercado que, probablemente, inicie el final de la producción de la PS5 original y de su bajo precio (en comparación, que 500€ llenan un par de cestas de la compra).

Pero, más allá de un aparente suicidio comercial (que ya veremos, los jugadores creo que somos bastante volátiles en este aspecto) a mí me transmite una hoja de ruta que lleva tiempo fraguándose: el futuro exclusivamente digital. Hace ya mucho tiempo que las tiendas digitales se popularizaron en el ecosistema de PC y, de hecho, las cajas físicas de juegos vienen con un simple código que descargar en la tienda oficial del Publisher. En esta generación, tanto Xbox como PlayStation han lanzado un segundo modelo de su consola centrada en el mercado digital, con éxito (y sentido) en el caso de Xbox gracias a su Gamepass. PlayStation no ha hecho más que marear la perdiz con sus servicios de pago que, por lo que he visto, han generado más descontento que alegría (y tengo que decir que es lo que he visto, porque desde PS4 no pago PlayStation Plus porque ya me parecía que me estaba dejando timar yo solita).
En determinadas circunstancias, como en el caso de Xbox, le vería todo el sentido a esta opción solo digital. Incluso entiendo que haya gente que prefiera esta opción de por sí, ya que los juegos físicos ocupan un espacio que las viviendas de estos tiempos no admiten (especialmente si eres como yo y te gusta guardarlos todos). Pero, quitando la comodidad de no tener que estar cambiando el disco de juego, yo no hago más que ver aspectos negativos en esta opción, aspectos que todos conocemos: mismo precio que el formato físico a pesar de que no hay gastos, entre otros, de distribución; la posibilidad de no poder acceder a tus juegos si banean tu cuenta, te la roban o pierdes de alguna manera el acceso; ceder el control total de tu biblioteca a un tercero, que en cualquier momento puede tomar la decisión de eliminar un juego que ya posees o dejar de comercializar uno (como ocurrió con PT); incluso que te vendan «ediciones coleccionistas» a precio más que completo donde no puedes palpar ni una sola de las ventajas porque son todo cosméticos.
Y parece que el futuro es así como se ve, como quieren que lo veamos. Esta PS5 PRO me da la sensación de ser más un globo sonda para el futuro que una decisión para, verdaderamente, ofrecer un producto mejor a los jugadores para ganar más dinero. No me extrañaría en absoluto que la siguiente generación abandonara por completo el formato físico, especialmente cuando ya ha habido juegos que han decidido llegar a «nuestras manos» de manera exclusivamente digital. A mí me parece un futuro triste, donde perderemos la memoria de los juegos de nuestra biblioteca y la posibilidad de conservarlos independientemente de las decisiones de las grandes compañías cuyo único objetivo es incrementar los márgenes de beneficios. PlayStation 5 PRO, para mí no aporta nada más que un trasto caro injustificable sin diferencias realistas con las versiones ya existentes, pero con una hoja de ruta bastante clara. Espero que el tiempo no me dé la razón.
