Hoy no vengo al blog a hablaros de mis teorías sobre el teaser que BioWare lanzó ayer. El delirio del momento ya lo viví en mi Twitter y tenéis en análisis completo en un extenso y emocionado hilo. Además, desde que un tipo se dedicó a leer mis artículos de teorías de Dragon Age en sus vídeos de youtube como si fuera todo idea suya, he decidido que cualquier contenido así no lo escribiré por aquí. No. Así que hoy vengo a hablaros de lo que el N7 Day me hace sentir, porque después de 11 años obsesionada con Mass Effect, de verdad creía que la llama se había apagado.

Qué equivocada estaba.

Lo cierto es que ayer no tenía ninguna expectativa. De hecho, creo que es el N7 Day más rutinario que viví desde que empecé a celebrarlos en 2012. Otros años me ponía mi sudadera N7, mis chapas de Shepard, subía contenido a mis redes sociales y esperaba con ansias que el reloj en Canadá diera la hora para ver qué sorpresas nos tenía preparadas BioWare. Ayer puse un tuit bastante escueto, me hice la foto de rigor (no estaría emocionada pero una tradición de 11 años no se puede romper así como así) y seguí con mi vida. Incluso cuando empecé a leer el post oficial me pareció, el típico contenido para dar señales de vida. Ni siquiera me había saltado a la vista los 0 y los 1 intercalados en las palabras (que no sé eso qué dice de mi nivel de inglés) ni que había una parte dedicada a merchandising, pero al menos sí había arrugado un poco la nariz al leer «quién tiene hijos con quién», «quién sigue vivo», «qué ha pasado con S…». Hasta que vi el código y mi adrenalina se disparó.

¿Qué querían decir? En 2022 tuvimos también un desafío para resolver, por lo que estaba claro que en BioWare querían que jugáramos otra vez. Yo intenté resolverlo, pero para cuando conseguí extraer la secuencia completa de 0 y 1 sin equivocarme, ya lo habían sacado en twitter: Epsilon, como uno de los nombres que se plantearon para Mass Effect. Los minutos que faltaban para que saliera el vídeo no se me hicieron eternos, pero tenía el corazón a mil. Seguía sin ser optimista porque es el turno de que la atención y el marketing se centre en Dragon Age Dreadwolf (y lo lleva siendo desde el lanzamiento de Anthem en 2019, 4 años después de la salida del DLC Trespasser) pero a la vez estaba deseando saber qué miguita nos darían. Seguir el rastro a los vídeos, analizar cada fotograma, primero fragmento tras fragmento y luego en el vídeo completo me recordó la emoción que sentí en su momento cuando analizaba toda la información, oficial o no, de Mass Effect Andromeda. Fue divertido y emocionante, una montaña rusa que me hizo hasta terminar con un poco de dolor de cabeza de la tensión de estar mirando cada detalle y rebuscando información para confirmar sospechas. Me hizo sentir de nuevo parte de la comunidad de fans de BioWare, de la que me he desconectado hastiada de llevar 8 años esperando la continuación de Dragon Age y decepcionada por las furibundas reacciones a Mass Effect Andromeda (al que seguiré defendiendo pase lo que pase).

Los últimos años para BioWare han sido muy malos. Ya no solo por lo que ocurrió con Andromeda y Anthem sino por lo que se ha ido sabiendo del estudio, los abandonos de sus devs, la transferencia de personal entre estudios de EA y, lo que es peor, los despidos masivos. Hace 1 mes decía en mis redes sociales que estaba hartísima de BioWare y EA, pero días como el de ayer me recuerdan que hay gente que sigue trabajando en el estudio y que tienen ilusión (aparentemente) por el juego y por hacer disfrutar a los fans. Y de verdad deseo que las condiciones en las que trabajan hayan cambiado (aunque teniendo en cuenta que ayer mismo hubo una protesta frente a las oficinas de BioWare por el trato a los despedidos del equipo de QA) y que puedan tomarse el tiempo necesario para producir el juego que quieren, a la altura de sus expectativas y no solo las de los directivos (que siempre quieren más en menos tiempo para que cueste menos).

Fue bonito volver a ser parte de algo así. Volver a sentir que el N7 Day tenía algo que decirnos más que «seguimos existiendo», que BioWare comprende a su público y sabe que nos pirramos por los enigmas. Fue bonito volver a sentir la conexión con Mass Effect, cuya Legendary Edition aún no he completado porque lo estaba jugando en directo y no he vuelto a Twitch desde hace 4 meses. Fue increíble recordar y volver a sentir lo profundamente importante que fue para mí Mass Effect, sus personajes y su universo y que, aun pasando el tiempo, aun enamorándome de otros universos, otros personajes… siempre será especial para mí.

Puede que mi «locura» por la saga se haya calmado con los años, que ya no arda con la fuerza de aquella obsesión que me hacía pensar diariamente en el juego y completar la trilogía una y otra vez porque era incapaz de pasar página. Pero, amigos, mi cariño por Mass Effect nunca desaparecerá y salvo que decidan estirar el chicle como Ubisoft con Assassin’s Creed o tratar incluso peor a los devs, ahí seguiré esperando conocer sus historias. Y puede que nunca volvamos a ver a Shepard, pero reconozcamos que cumplió su misión y merece descansar.

Así que después de la sorpresa de ayer, en el que no esperaba nada y me dejaron con la miel en los labios, estaré lista en los Game Awards para ver el trailer de Dragon Age Dreadwolf que nos revele, por fin, al protagonista y el contexto de la historia (más de lo que ya sabemos). Yo creo que después de 8 años, idas y venidas, alguna perlita, algún teaser, el anuncio del nombre… Ya va tocando, ¿no?