Hace unos días fue la presentación de Assassin’s Creed Unity en los estudios de Ubisoft y un amigo, junto con otros periodistas, fue para allá para probar el juego. Hasta aquí todo normal, los viajes a los estudios de desarrollo son algo frecuente en esta industria. Lo sorprendente fue que le regalaron esta figura sin venir a cuento y al poco de volver me la prestó para que hiciera este vídeo.

Pero más curioso aún es cómo se la regalaron: esta figura de Assassin’s Creed en realidad era solo para los periodistas franceses, pero está visto que no les interesaba mucho -hubo otro que también la regaló-, así que cuando uno de ellos se cruzó con mi amigo, le preguntó si la quería. ¿Por qué en mis dos viajes de trabajo no me han pasado cosas así?