Segunda edición de la Madrid Games Week y segundo año que he estado ahí todos los días -menos el domingo-. Una paliza enorme, porque había muchas cosas que ver, mucho tiempo que esperar de pie y solo suelo si querías sentarte. Mis sensaciones respecto a esta edición no son tan buenas como las del año pasado, había mucho que mejorar, pero no parece que lo hayan conseguido hacer muy bien.

El jueves fue el día de prensa y, obviamente, no había mucha gente. Así daba gusto ver los stands del pabellón y también encontrarte y charlar con otros compañeros de sector. Pero la feria abierta al público comenzó el viernes y eso es lo que importa, y aunque se agradeció la separación entre stands -permitía andar de manera más o menos fluida- lo de las esperas sigue siendo una asignatura pendiente que, sinceramente, no sé cómo se puede mejorar.

Lo primero, aunque no es importante, la imagen que daba el pabellón sin moqueta era un poco de dejadez, al contrario que en la primera edición de la MGW, que todo el suelo estaba cubierto por una de color azul. Esta vez, Nintendo ocupaba el lado derecho del pabellón nada más entrar, con multitud de consolas para probar Mario Kart, Super Smash Bros., Splatoon o Captain Toad: Treasure Tracker entre otros, además de varios torneos; frente a PlayStation, que ocupaba una buena superficie, enlazando casi con la zona Indie -que era una maravillosa presencia de estudios españoles-: tenía una zona para los peques -y no tan peques- con LEGO Batman 3 Más allá de Gotham, LBP3 o Minecraft, un espacio reservado para los PlayStation Awards y también una especie de «arena», donde podías sentarte a ver a la gente competir en diversos torneos, toda ella rodeada de juegos de la plataforma -no todos exclusivos- como Until Dawn, Destiny o The Order 1886 .

Microsoft se había retrasado a segundo lugar, con las salas de Call of Duty Advance Warfare y Evolve a su lado, con varias filas de consolas para probar otros títulos, y frente a Namco Bandai, que había traído un simulador de F1 y un precioso Goku de papercraft además de sus juegos, claro. Hubo grandes ausencias, como la de Ubisoft -cuyo Assassin’s Creed se promocionaba en el stand de Microsoft-, Konami o EA, que repartió sus juegos entre las diferentes plataformas y el stand de Hobby Consolas, que se encontraba al fondo con Wargaming. Y en una esquinita, las exposiciones de Isi Cano o Victor Somoza, entre otros. También se echó de menos la presencia de RetroMadrid, que sí estuvo en la MGW 2013.

Destiny Madrid Games Week

También los stands de Hardware tuvieron su espacio, con marcas como Asus, LG o MSI, bastante destacado en la feria la verdad. Además, no solo exponían sus artículos, sino que también era posible adquirirlos allí mismo. Y, por supuesto, las tiendas: además de los stands que bordeaban el pabellón, Alvicius y tiendas GAME tenían un espacio reservado para ellos. Aunque lo de las grandes franquicias de tiendas pueda gustar más o menos, se agradece ver algo de variedad frente al monopolio de GAME, especialmente tras la desaparición de Gamestop.

Las colas para poder probar cualquier cosa eran monumentales: hasta dos horas y media estuve esperando para probar Evolve, que luego encima se nos apagaron las TV a unos pocos en plena partida, con lo que el enfrentamiento con el monstruo no duró demasiado. No esperé tanto para probar el nuevo Call of Duty Advance Warfare, pero terminé agotada de estar de pie tanto tiempo. También probé el nuevo Mario Kart después de echar un ojo a los amiibos, y el resto de la feria me dediqué a dar vueltas, ver gente y lloriquear frente a las tiendas, especialmente las que tenían videojuegos antiguos -a casa solo me llevé un achuchable peluche de Mew y una figura de Mewtwo que ya os enseñaré-. Por supuesto, ni me molesté en probar el simulador -había que pagar cinco euros, no eran parte de la entrada, ni tampoco perdí las tres horas que había que esperar para probar Oculus Rift, para luego soportar menos de dos minutos.

Las grandes ausencias de la Madrid Games Week no hablan muy bien de ella, de la repercusión que nos gustaría que llegase a alcanzar, como tampoco lo hacía, aunque fuera poco importante, la impresión de descuido que daba ese suelo de cemento o las horas y horas de colas para jugar 10 minutos si tenías suerte. Hay ferias a lo largo del mundo de gran repercusión, como la Gamescom, el Tokio Game Show o, por supuesto, el E3. Aún hay mucho camino que recorrer para que nuestra pequeña Madrid Games Week se convierta en una verdadera referencia a nivel nacional y también a nivel Europeo. Veremos qué tal la edición de 2015