Hace unas horas ha terminado un fugaz Nintendo Direct en el que han confirmado la llegada de dos nuevos juegos de Pokémon, Luna y Sol, a finales de 2016. El impacto habría sido mucho mayor si no se hubieran filtrado ayer, pero es algo clásico en esta industria. No obstante, la presentación ha aprovechado los 20 años de Pokémon para hacer un trailer homenaje a todas las entregas y, de paso, llenarnos de nostalgia. A veces no puedo evitar preguntarme: ¿qué tiene Pokémon que, entrega tras entrega, sigo jugando con la misma ilusión del primer día?

Pokemon Artwork. Drake Tsui

El primer contacto que tuve con Pokémon fue un día, en casa de uno de mis primos, allá por 1999 o el año 2000. De hecho, fue el mismo que me enseñó Los Sims. A este no me dejó jugar, supongo que no le apetecía tener que enseñarme cómo se jugaba y de qué iba, pero me quedé con la cantinela de Pokémon durante meses, y siempre que íbamos a alguna tienda o centro comercial donde tenían videojuegos, le decía a mis padres que lo quería. No sería algo muy destacado -cualquier niño pide a sus padres su último capricho-, si no fuera porque yo nunca pedía videojuegos. Sabía que no me los iban a regalar, excepto en contadas ocasiones. Ésta no fue una de ellas.

Recuerdo que estábamos ya en mayo del año 2000, mes en el que hacía la Primera Comunión. Mi tía Sonia y mis primos Sandra y Carlos, vinieron a Madrid unos días antes… y en lugar de esperar a la celebración, me dieron mi regalo en cuanto nos vimos. No se me olvida el asombro y la ilusión al encontrarme en mis manos no sólo con el Pokémon Rojo, sino también con una Game Boy Color.

Así empezó una bonita relación con el universo Pokémon. El anime, los peluches, los juegos que inventábamos en el patio del colegio -en los que, generalmente, yo era Misty. Hace unos meses me regalaron un peluche de Togepi, cumpliendo uno de mis sueños de la infancia- y, por supuesto, los ratos que nos sentábamos, mi grupo y yo, con nuestras Game Boy -los que la teníamos- y nos poníamos a jugar, luchar e intercambiar hasta que se acababa el recreo. Nunca he conseguido completar la Pokédex, aunque en mi última partida -que todavía sigue viva- he reunido 140 pokémon, Mew entre ellos. Y, a pesar de todo, nunca he perdido las ganas de jugar y de intentar ser toda una Maestra Pokémon.

No me olvido de cuando salieron al mercado Pokémon Oro y Plata. La siguiente generación era mucho más bonita y tenía novedades muy interesantes. ¡Podíamos volver a combatir con entrenadores a los que ya habíamos derrotado! Teníamos móvil, radio y, lo mejor de todo, ciclo de día y noche, lo que cambiaba los pokémon que se podían capturar. Además, había movimientos, pokémon, rivales, misterios… completamente nuevos.

Pero había algo que a mí, personalmente, me encantaba. Y no, no era la posibilidad de criar pokémon -que también-, sino la conexión que tenía con la anterior. Podíamos viajar a Kanto, que había variado ligeramente -especialmente Isla Canela-, conseguir las medallas de allí, enfrentarnos a Blue y, más adelante, a un poderoso Red.

Tardé muchos años en conseguir un juego de esta generación. No fue hasta 2006 cuando conseguí Pokémon Oro, que compré a un niño que vendía juguetes viejos en el paseo de la playa. Debía haberme imaginado que si lo vendía por 2€ era por algo, claro. Se le había acabado la pila y no guardaba partida. Como suele decirse «mi gozo en un pozo», así que pasaron unos cuantos años más hasta que por fin conseguí un Pokémon Plata que sí tenía pila. Sigo a la espera de conseguir un Pokémon Cristal, pues la posibilidad de elegir entre chico y chica y que los pokémon se moviesen cuando entraban en combate me encantaba.

Siempre viendo cómo jugaban los demás, nunca tuve la oportunidad de probar la siguiente generación de Pokémon, que se llamaba Zafiro, Rubí y Esmeralda. La principal razón no era tanto que nadie de mi entorno lo tuviera, sino que nunca tuve una Game Boy Advance -hasta hace tres o cuatro años, que me compré una SP-, por lo que nadie podía hacerme el favor de prestármelo. Y esta situación me pasó también con las siguientes generaciones, ya para DS.

He de confesar que, al final, sucumbí a las ganas de probarlos todos y descargué emuladores de Game Boy Advance y Nintendo DS. Mientras que Pokémon Zafiro/Esmeralda/Rubí me gustaron mucho, los posteriores no me llamaron tanto la atención. Es más, nunca llegué a terminar Pokémon Blanco/Negro, ni he probado la segunda parte de estos juegos.

Y aun así, a pesar de que no me llamaron tanto la atención como las tres primeras generaciones, cada vez que sale uno nuevo quiero jugarlo. Es una saga a la que he dedicado cientos de horas desde hace 16 años -siempre a los mismos juegos, por desgracia- y todo el universo que hay a su alrededor es uno que me encanta, en el que me siento cómoda y que, además, disfruto investigando. Tengo que dar gracias por que Pokémon X/Y me hiciera recuperar la ilusión en ella, incluso teniendo en cuenta que la dificultad es mucho menor. Pokémon Zafiro Alfa y Rubí Omega no hicieron sino reafirmarme en mi cariño a la saga.

No me había dado cuenta del tiempo que ha pasado desde el lanzamiento de la generación más reciente de Pokémon. Hasta hoy, con el anuncio de Pokémon Luna y Sol. Y ahora, me muero de ganas de que lleguen las navidades de 2016, para poder hacerme con ellos -y con Mass Effect Andromeda-. Siento curiosidad por el mundo que han creado para esta generación, los posibles nuevos artefactos y los pokémon que se han incluido en ella, especialmente los legendarios.

Aunque hay algo que tengo claro desde ya: voy a ir de cabeza a por Pokémon Luna.

¿Te ha gustado este artículo? ¡Vótame en los Premios 20 Blogs!

3 Comentarios »

  1. Pokémon, posiblemente un juego que ha marcado varias generaciones, sin lugar a dudas. Para mí, la mejor entrega fue el Pokémon verde hoja; luego colocaría al Esmeralda, sin rechistar. Como has dicho tú antes , poco a poco los juegos de esta franquicia han ido bajando el listón, y personalmente… han defraudado. Véase que han tenido que tirar de un remastered para subir las ventas. Muy buen post, como siempre :)

    Le gusta a 1 persona

    • ¡Gracias! ^^
      Nunca probé los remake de Rojo/Azul (Verde al final), aunque me tiré de cabeza a por Zafiro Alfa… y eso teniendo en cuenta que me los acababa de pasar en la Advance (me los había comprado los tres unos meses antes).

      Espero que Pokémon Sol y Luna recuperen la calidad de los primeros, aunque supongo que seguirán en la línea de los últimos. Llega un momento que es difícil innovar, después de tantas entregas y 700 pokémon. A pesar de todo, especialmente de su escasa dificultad, Pokémon X me gustó bastante.

      ¡Un saludo!

      Le gusta a 1 persona

      • Eso es totalmente cierto,innovar en una franquicia tan grande es muy complicado. Hay que tratar, aunque cueste, en poner un poco de fe en estas nuevas entregas.
        Un saludo igualmente :)

        Me gusta