Thomas was alone: la belleza de los cuadriláteros
Estamos bombardeados continuamente por juegos cada vez más realistas, con gráficos que quitan el hipo, con lluvia, briznas de hierba, con poros en la piel. Decía David Cage, fundador y […]
Una perspectiva personal sobre los videojuegos
Estamos bombardeados continuamente por juegos cada vez más realistas, con gráficos que quitan el hipo, con lluvia, briznas de hierba, con poros en la piel. Decía David Cage, fundador y […]
Estamos bombardeados continuamente por juegos cada vez más realistas, con gráficos que quitan el hipo, con lluvia, briznas de hierba, con poros en la piel. Decía David Cage, fundador y co-CEO de Quantic Dream, en la presentación de Beyond Two Souls, que él lo que quiere con sus videojuegos es transmitir sentimientos en una historia que sumerja y capturando cada expresión. Lo ves y estás de acuerdo en que es una buena forma de hacerlo, porque lo consigue. Pero entonces, llega Thomas was alone y te demuestra que, para transmitir sentimientos, no hace falta que el personaje tenga 23000 animaciones únicas.
Conseguí Thomas was alone gracias a PlayStation Plus, lo descargué y lo dejé sin instalar para cuando tuviese tiempo. Y ayer me decidí a jugarlo en un ratito que tenía libre. A pesar de haber visto imágenes, ni me acordaba de ellas, así que no sabía qué esperar del juego. Un título sencillo, en 2D con desplazamiento lateral, niveles plataformeros, en los que tendrás que combinar las distintas habilidades de cada cuadrilatero para escapar de cada pantalla.
Pero Thomas was alone va más allá de su simple planteamiento, de los niveles cada vez más complicados. Entre su banda sonora y su narrador te atrapan con una simple frase: «Thomas was alone. Wow. A weird first thought to have». Nada más que decir, porque te embarcas en una aventura inesperada, con un protagonista desacostumbrado.
Como cualquier persona, los distintos cuadriláteros tienen personalidades diferentes. Tiene relaciones, pensamientos, deseos, temores y complejos. Uno está un poco amargado y nada le parece bien, mientras que otro quiere presumir de sus habilidades y ser el centro de atención. Como la vida misma, pero sin tanta historia de capturar los movimientos de una actriz.
Cada capítulo tiene su propia historia, uno de los cuadriláteros como protagonista. Y no, no todo son pensamientos profundos. Con sutil habilidad, Thomas nos comenta lo más destacado de internet en la actualidad: «vídeos de gatos en situaciones ridículas, y también oyó algo sobre una flecha en la rodilla».
Thomas was alone es una obra de arte, sencilla, simple, pero hermosa. El conjunto lo hace bello, sus «personajes», su diseño, su banda sonora. No se puede transmitir lo que hace sentir, se tiene que jugar y no pararse simplemente en la mecánica de combinar cuadrados para acabar el nivel. Hay que dejarse llevar.
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