La convivencia entre el formato físico y el digital es algo que todos conocemos, a medias entre una lucha y un destino inexorable. Hay férreos defensores de ambos formatos, con posturas igual de respetables, y las distribuidoras se encuentran a caballo entre ambos bandos, en un intento de dar a los jugadores lo que quieren. Sin embargo, hay cosas que no «comprendo», como lo que me ocurrió recientemente con Mass Effect Andromeda.

Los que me conozcáis ya lo sabéis, pero para los que no, sufro esa vertiente del síndrome de diógenes llamada «coleccionismo», que me impulsa a desear tener TODO lo que se comercializa sobre algo que me gusta. Tras haberme vuelto muy loca con la trilogía original de Mass Effect, pero haber llegado algo tarde a algunos de sus artículos limitados, tenía muy claro que con Andromeda no me iba a ocurrir. Así que procedí a reservarlo todo: el juego en sus tres versiones, la edición coleccionista del Nomad RC, libros, la guía, libro de arte de edición limitada…

El hecho de tener el juego en Xbox One, PS4 y PC no sólo me interesaba por jugar y comprobar yo misma las diferencias de rendimiento y calidad de cada una, sino también por las cajas metálicas que acompañaban su venta. Game regalaba un diseño y Amazon otro, así que compré la de XOne en Game (y la de PS4, pero como la compré con la coleccionista, que tiene su propia caja metálica, no contaba con tener dos iguales) y la de PC en Amazon.

El problema llegó cuando mis ansias de coleccionista me cegaron y no vi lo que compraba: la versión de PC (de venta en tiendas digitales como Amazon y tiendas físicas), es sólo una caja vacía, con un librillo que incluye el código de descarga del juego para Origin. Y vale, mi parte coleccionista está ligeramente satisfecha, porque tengo todas las cajas, pero mi parte práctica se siente algo estafada. ¿Para qué quiero, no una, sino dos cajas vacías?

Es perfectamente comprensible la decisión de vender el juego de PC por códigos, puesto que el uso de lectores de Blu-Ray no está, hasta donde yo sé, muy extendido en los ordenadores. Y para intentar meter juegos de 50 GB aproximadamente en DVD necesitaríamos unos cuatro discos, lo cual encarece la producción y no es nada práctico -no se me olvida lo petardo que era tener que andar cambiando de disco en Xbox 360 cada vez que alternabas entre misiones secundarias y principales en ME3-. También está la perspectiva del comprador que no se fía de lo digital, y que por seguridad prefiere hacer las compras de manera tradicional: yendo a la tienda y llevándose el artículo en mano al momento. Decidir limitar la venta de tu juego en PC únicamente a tiendas como Origin o Steam es perder potenciales compradores.

Sin embargo, sigo sin entender la necesidad de hacer una caja de plástico -y regalar una de metal-, para mantener las ventas «físicas». Y mucho menos si la compra se realiza a través de internet. Como coleccionista, ya digo que es bonito tener las cajas, pero sin su disco/s dentro tampoco es que me interesen tanto. Y no es la primera vez que se hace, ni tampoco la última. Por ejemplo, la edición coleccionista de Sonic Mania no incluye el juego en formato físico, aunque sí una tarjeta de metal con el código de descarga impreso en ella. Y es, precisamente, esto a lo que quiero llegar.

Por los motivos expuestos antes, entiendo que se mantenga el «formato físico» de juegos para PC, pero seguir utilizando las cajas es absurdo. Si, irremediablemente, el juego que he adquirido va a ir ligado a una tienda digital -véase Origin o Steam-, haciendo inútil el disco las pocas veces que esté incluido, o directamente sustituyéndolo por un código, ¿no sería más lógico utilizar tarjetas? Es común verlas en las tiendas, sólo sería necesario realizar una buena campaña publicitaria que informase a los posibles compradores de que no deben buscar una caja, sino un stand de tarjetas. Aunque los amantes del formato físico lloremos un poco por la pérdida del «ritual» que supone comprarlo así, al menos no ocuparía espacio para nada, y estoy segura de que las distribuidoras se ahorrarían algo de dinero -obviamente, es fácil decirlo, quizá no tanto hacerlo-

Luego hay otro tema, que se extiende al resto de plataformas: el regalo de las cajas metálicas (steelbook). A mí me encanta tenerlas, algunas son muy simples, pero otras son verdaderamente bonitas y están muy trabajadas -con relieves o efectos en la superficie-, pero con cada lanzamiento termino encontrándome con dos cajas para un mismo juego. Estoy segura de que a mucha gente no le supone ningún conflicto, pues tirarán la de plástico y se quedarán con la de metal, pero yo me siento incapaz -gracias «diógenes coleccionista»-. Las distribuidoras no tiene mucho que hacer, porque quizá sería cargarse de más trabajo: ofrecer un número limitado de cajas metálicas exclusivas de la reserva PERO que estas ya incluyan el juego. Esto, para mí, sería lo ideal, porque me ahorraría quebraderos de cabeza. No obstante, no creo que resulte beneficioso a las compañías. Para que os hagáis una idea de mi situación, ahora mismo me encuentro con dos juegos en físico de Mass Effect Andromeda, tres cajas de plástico y cuatro metálicas.

Creo que, al final, el formato digital terminará sustituyendo al formato físico, puesto que es la evolución lógica. Y no me parece mal. Pero no me gustan las medias tintas, este «pseudo formato físico», me parece innecesario.