Problema de gustos: análisis, objetividad y videojuegos
Hace poco me dijeron que no era periodista porque sólo trataba los videojuegos. Y luego me dijeron que no era objetiva, sino una fangirl, porque sólo me interesaban los juegos […]
Una perspectiva personal sobre los videojuegos
Hace poco me dijeron que no era periodista porque sólo trataba los videojuegos. Y luego me dijeron que no era objetiva, sino una fangirl, porque sólo me interesaban los juegos […]
Hace poco me dijeron que no era periodista porque sólo trataba los videojuegos. Y luego me dijeron que no era objetiva, sino una fangirl, porque sólo me interesaban los juegos de BioWare. Pasando por alto el absurdo que supone la primera frase, me quiero centrar en la segunda, que refleja un problema básico en la concepción de la profesión del periodista de videojuegos. Aunque, ya que nos ponemos, el nombre que realmente deberíamos recibir los que nos dedicamos a este sector debería ser ‘crítico de videojuegos’.
La lacra del fanboy/fangirl de un videojuego, saga o compañía nos persigue a todos, profesionales y jugadores por igual. Sentir pasión por algo invalida automáticamente cualquier argumento sobre el tema, al considerar que es un razonamiento sesgado por el cariño que siente. Y en muchas ocasiones es así. A veces, el amor nos lleva cerrar los ojos a los defectos en un intento de evitar una decepción, pero lo mejor que podemos hacer es intentar mantenerlos bien abiertos y tener los pies sobre la tierra.
Pero, ¿qué pasa cuando estamos hablando de un crítico de videojuegos? Se da por hecho que se va a ver influenciado por sentimientos propios y presiones externas y, por normal general, su criterio no va a ser del todo válido. Su crítica negativa sobre algún videojuego será considerado propio de un hater. Su crítica positiva, de un fanboy. Para el público que tiene una opinión diferente, en ningún caso lo hará bien. Se exige a los críticos que sean objetivos, que sus análisis sean objetivos, para juzgar las características de X videojuego como la maravilla que son o como la pedazo de m* que han hecho. Lo que no se dan cuenta es que los mismos que exigen objetividad a los periodistas (críticos) de videojuegos, carecen completamente de ella al juzgar el trabajo ajeno, al no querer abrir los ojos a la bajada de calidad de un título nuevo de sus saga preferida o no querer aceptar que el nuevo trabajo exclusivo de Xbox o PlayStation es bueno.
Me pregunto si los que piden objetividad en los análisis son conscientes de lo que eso implicaría. Imaginad, por ejemplo, cómo sería un análisis de Mass Effect Andromeda siendo completamente objetiva: «Mass Effect Andromeda ha estado 4 años en desarrollo. Utiliza el motor gráfico Frostbite 3, un cambio respecto a las anteriores entregas que utilizaban una variación del conocido motor Unreal. Tenemos 8 compañeros de pelotón, una banda sonora de 20 temas y cuarenta localizaciones distintas que recorrer. La duración máxima que alcanza el juego es de 70 horas. Se mueve a 60 fps, aunque sufre caídas de frames en las cinemáticas. También incluye modo multijugador».
No tiene alma, porque el análisis de un videojuego no es sólo un repaso a sus características técnicas. Es una crítica cultural que aunque también puede detenerse en ese aspecto, de manera inevitable está impregnada de la experiencia de la persona que lo ha jugado. El videojuego es arte, es música, es capacidad técnica, es emoción, es sentimiento. Y aunque en la carrera de periodismo se nos enseña que hay que buscar la objetividad aunque sepamos que es imposible alcanzarla, se hace en el sentido de no realizar juicios de valor («esta mañana ha ocurrido un accidente en la Nacional 6 que ha involucrado a dos vehículos. Uno de ellos iba conduciendo como un loco»), la crítica cultural tiene una dinámica completamente distinta.
Porque decidme: ¿por qué elegís una determinada página o autor para leer un análisis? Probablemente lo hagáis porque os gusta la línea editorial, el estilo de autor, por coincidencia de ideas… Y eso tampoco es objetivo. Porque cuando leemos un análisis (crítica), queremos saber si el pastel tendrá buen sabor, no sólo si está hecho perfectamente o si las frambuesas que lo coronan son desiguales y una se ha caído. Y para conocer eso, dependemos de la experiencia del analista. Creo que a la hora de realizar un análisis no hay objetividad posible, en la forma ‘pura’ de la palabra, pero sí la profesionalidad de no dejarnos llevar por sentimientos, buenos o malos, que condicionen nuestra crítica. Porque por ejemplo, a mí que no me gusta el género de lucha, no se me ocurriría analizar un Dead or Alive. Del mismo modo que sé que si analizo Mass Effect Andromeda para la Revista Gamer, voy a tener que mantener la cabeza fría para no dejarme llevar por las altas expectativas o la nostalgia, aunque parto con la ventaja del conocimiento que tengo de la trilogía original, así como de Dragon Age.
Para terminar, me gustaría recordar algo: los críticos de videojuegos somos personas. Tenemos gustos y pasiones, preferencias y, por supuesto, elementos que no nos gustan. No hay nada de malo en ello. Y es innegable que, en muchas ocasiones, un buen análisis va a proceder con mayor probabilidad de alguien experto en el campo (sea un género o una saga de videojuegos), que de alguien que lo ha probado poco o no le ha resultado demasiado interesante.
Muchas gracias por este artículo, soy estudiante de periodismo y aprendiz de crítico de videojuegos y me ha sido de gran ayuda. En mi opinión la objetividad es de por sí algo inalcanzable, simplemente el orden que sigues al escribir datos técnicos o el destacar unas informaciones sobre otras ya son aportaciones subjetivas; en el caso de los videojuegos y al ser un sector cultural, esto se acentúa. Nunca llueve a gusto de todos y frustra ver como la caja de comentarios de los textos de muchos críticos se llena de bilis en lugar de debate o charlas sanas. Esperemos que poco a poco logremos cambiarlo, porque últimamente el respeto escasea demasiado.
Enhorabuena por este gran artículo, un saludo!
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Creo que el principal problema viene por la extrema polarización de las opiniones.
Ya solo existe el «conmigo o contra mi». No se acepta que los demás tengan su propia opinión, que no tiene porque estar de acuerdo con la mía, pero en contra tampoco. Existe una inmensa gama de puntos medios. Pero además de la polarización, la gente solo queremos (y me incluyo, porque todos hemos pecado alguna vez…) escuchar lo que pensamos, para autoafirmarnos en la validez de nuestras ideas.
Escuchar ideas u opiniones discordantes nos obliga a pensar, a considerar alternativas, y en el caso ideal, a plantearnos nuestras propias opiniones/gustos. Y la sociedad, cada día más, vive en una burbuja de «soy el mejor, y mis ideas son las lógicas y correctas»
En el mundo de los videojuegos se ha polarizado el tema aún más. No solo se trata ya de que un análisis sea subjetivo, que puesto que está realizado por un ser humano que tiene sus propias opiniones y gustos, va a ser subjetivo en mayor o menor medida (un estilo gráfico o un diseño de niveles puede estar bien programado o no, pero además puede gustarnos más o menos y al final todo influye por muy imparciales que tratemos de ser). Se trata de que se fomenta de una forma brutal (marketing incluido) la guerra interna: PC vs Consolas; Sony vs Microsoft vs Nintendo; Fifa vs Pro; Casuals vs Hardcore (esta me cabrea sobremanera) y asi ad infinitum.
Ya no se puede, por ejemplo, analizar un FIFA y decir que el sistema de, yo que se, fichaje de jugadores es horrible, porque los menus y los datos son un engorro, sin que los fans del juego se echen a la yugular del redactor. Y que además, dicho texto no lo aprovechen los fans del juego «rival» para burlarse y hacer mofa de «el desastre que es el FIFA, porque es una p**a mi***a de juego»
Ser fan implica tanto adorar un juego, como saber donde falla. Soy fan como el que más de Mass Effect y Resident Evil, y se perfectamente que ambas sagas tienen errores. Algunos leves y otros no tan leves. Soy perfectamente capaz de reconocer que aunque adoro el Mako (y no solo por la meme en la que se ha convertido) su control es tosco y desesperante en no pocos momentos. Que aunque la jugabilidad de RE6 es endiablada, si no se juega en modo cooperativo puro es insufriblemente soporífera, y además la historia es ciertamente floja y está demasiado fragmentada.
Pero al final, no dejan de ser opiniones. Estoy harto de que cuando digo que algo no me gusta (sin más. Simplemente no me gusta) salgan puñados de personas a decirme lo equivocado que estoy, y que no tengo ni idea, porque me estoy perdiendo lo mejor del mundo.
Si algo no me gusta, puedes razonarme porque A TI si te gusta. Y te escucharé, y quizás me lo replantee. Pero si el razonamiento que recibo es «no tienes ni idea» mi atención será inexistente.
Y además, si algo que a mi me gusta, a los demás no, me parece perfecto. En la diversidad está el gusto.
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Yo creo que aquí hay varios conceptos que conviene aclarar para no hacernos un lío…
Una crítica objetiva no es un análisis técnico. A día de hoy tengo aborrecidos este tipo de escritos. No digo que se deban desechar por completo, pues tienen su función y utilidad, pero es que son los más repetidos y los más innecesarios en una época donde los videojuegos son más accesibles que nunca, en cuanto a disponibilidad y precio. Estos textos, parece que estén hablando de una lavadora o de un coche en lugar de una obra cultural, al mencionar y centrarse tanto en especificaciones técnicas y demás. Les falta alma como bien dices.
Otra cosa que pienso que no es una crítica objetiva es, evidentemente una opinión. Otra de mis aficiones es el cine, donde Boyero es probablemente el «crítico» más famoso de nuestro país. Lo entre comilo porque este hombre no hace críticas, se limita a decir si esto es una mierda o le ha gustado, te da una mera opinión como lo puede hacer el charcutero de tu barrio (con todos los respetos a los charcuteros).
Sí, una crítica está sujeta a las preferencias y manía de su autor, de su particular visión de los videojuegos o de una saga. Pero eso no impide que pueda escribir sobre qué es la obra, qué le inspira, qué puede aportar, en lugar de limitarse a un «pues me ha gustado y es divertido». Yo lo que espero de los críticos es encontrarme con visiones y detalles en los que no había caído, que me aporte un plus que tiene una persona profesionalizada y con experiencia.
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Una crítica subjetiva no es equivalente a no argumentada. Volviéndo a la saga Mass Effect, cualquier crítica positiva o negativa sobre su desarrollo de historia que hable de su impacto emocional, de la fascinación por el descubrimiento o de lo immersiva que es és subjetiva. Lo es tanto si es una linea, como si son dos páginas de argumentación. Una crítica objetiva hablaría de su funcionamiento estructural y de como utiliza las herramientas que tiene, pero tratar lo efectiva que es no creo que sea nunca un hecho objetivo. Estar correctamente estructurado dentro de las convenciones de la narrativa tradicional es un hecho más o menos objetivo, causar impacto emocional no puede serlo nunca. Pero eso no hace que lo segundo no se pueda argumentar. Debe argumentarse y explicarse lo mejor posible para que tenga valor.
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Muy buenas Paz! En primer lugar te felicito por el artículo.
Personalmente considero que la objetividad está sobrevalorada actualmente e incluso me atrevería a decir que en estos términos ni siquiera es algo real. ¿Por qué? Pues principalmente porque en un análisis de videojuegos influyen mucho, las expectativas que esa persona se haga antes de jugarlo y sus preferencias respecto al juego (o franquicia en el caso que lo sea), que siempre están marcadas por una inevitable comparativa bien con otros títulos del género o incluso por entregas de la misma saga. Obviamente parto siempre de la base de que el autor del análisis esté totalmente vinculado al juego o género que analiza. No creo que veamos un periodista (de cualquier revista o medio de videojuegos) analizando un juego que no le guste, aunque todo puede pasar.
Es posible pero bastante improbable que un juego sea 100% perfecto (detalles técnicos, duración, historia o jugabilidad), ahí si que podemos encontrar objetividad en un análisis, pero más allá de eso, la opinión del periodista siempre debe prevalecer, aún considerando que él sea objetivo a su juicio y para mi sea subjetivo (o viceversa). Lo maravilloso de este mundo es que existe un abanico de posibilidades inmenso de opiniones, la libertad de expresión siempre desde el respeto, es lo mejor que tenemos.
Cuando busco un análisis de un juego en concreto (soy amante de los RPG), nunca me dejo influenciar por la opinión del autor, porque siempre espero a probar el juego por mi mismo y sacar así conclusiones propias. A mi parecer no se puede juzgar algo simplemente porque una gran mayoría diga que es de una forma concreta, puesto que mi punto de vista puede diferir.
En definitiva, si tuviera que dejarme llevar por una opinión, sólo lo haría cuando el autor de ese análisis fuera fan del juego o de la saga o bien que denote unos excelsos conocimientos de la misma.
Un saludo!
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Desde siempre me parece una tontería exigirle a un crítico que se guarde sus opiniones y solo escriba lo que el juego/pelicula/libro/… es «objetivamente». Primero porque hay muchos elementos que no tienen valoración objetiva posible, y luego porque aunque la tuvieran ninguno somos objetivos, y no vamos a verlo con ojos objetivos. Todos tenemos un bagaje, y eso marca como análizamos las cosas. Y está bien tenerlo.
Yo aprecio a los críticos que dan análisis técnicos de los juegos. Cuando me voy a comprar un juego me interesa saber si funciona bien, como funciona, como de exigente es con un ordenador, cuanto te deja trastear, etc… Pero eso es solo un trocito. Hay unos cuantos críticos muy centrados en eso ¿No sería lo normal entonces que otros se centren en otras cosas? De (por ejemplo) Mass Effect Andromeda habrá críticos que se centren mucho en los aspectos técnicos, otros que lo harán en las mecánicas, otros en la narrativa. Los habrá que llegarán siendo fans de la saga, otros que no, otros que lo fueron y se desencantaron, otros que al principio no pero al final si… Los habrá que trabajen más como una recomendación de compra, otros que lo analicen desde una perspectiva más como una crítica artística. Y todo eso es maravilloso.
En mi opinión la clave está en que el crítico deje mas o menos claro con que posición afronta el análisis. Yo soy un fan de la saga, y la verdad es que me interesa más la opinión de otro fan que la de alguien que no le gusta o no lo conoce. Quizá alguien que no conozca la saga prefiera lo contrario. En general es cuestión de conocer a los críticos que uno lee. Cuando echas un ojo a metacritic es dificil, porque no los conoces. Pero cuando los lees habitualmente es fácil.
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